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Sentidos enredados

Un postre a dos bandas
No me extraña que me invitase al evento, seguro que se quedó ayer maravillado conmigo y no precisamente en la recepción, sino en el pase privado que tuvimos en mi hotel. Los negocios son negocios y si hay que cerrarlos con el cuerpo de una misma, se cierran. Aparte que pasé también un buen rato. Este Manuel Durán sabe cocinar y halagar a las mujeres, no paró de alabar mi olfato. Y esos juegos con ojos vendados para reconocer olores… me recordaron a mis prácticas en la universidad. El Dinner Show de esta noche puede ser espectacular, ¡a ver si de nuevo hay postre!
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