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Sentidos enredados

Cocktail divino
Divino. Ésa es la palabra con la que defino mi encuentro de ayer. Al principio me parecieron un atajo de snobs diseminados por una sala y algunos con la única pretensión de alimentar su ego.
Menos mal que las apariencias engañan y ha sido casi peor...Ja, ja, ja. En realidad, me he encontrado con un antiguo cliente (de los que pedían servicios especiales...), he coincidido con Casimiro y su arte (para el que tiempo atrás posé), he conocido a Dora, cuya belleza me tiene fascinado y la bodeguera... a la bodeguera la ponía mirando para Bogotá.
El cocinero me da qué pensar. Me preguntó de forma sutil aunque insistente sobre mi trabajo de doctorado en sustancias adictivas y principios químicos. No logro distinguir si era genuino interés o que le gustaría que le suministrase "harina" a su cocina.
El ambiente fue muy distendido y las conversaciones fluidas. En fin, una estupenda e inesperada manera de pasar la tarde.
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