Sentidos enredados

CiberHacktivismo Trans

Como puedes ver en la gráfica de mi actividad en twitter, me muevo en el campo del ciberhacktivismo. Mi actividad como activista por la despatologización de la transexualidad como transtorno mental, me ha proporcionado contactos influyentes e importantes como puede ser Carla Antonelli o Mar Cambrollé.
Cuando llegué a España, la sociedad estaba con la resaca de la movida madrileña. Ese aire fresco renovador ayudó a devolver a la sociedad española su verdadera naturaleza progresista y tolerante. Por todo el país, empezaban a verse ideas trasgresoras que reivindicaban otras concepciones de personas lejos de la dualidad hegemónica que las dictaduras habían amputado del imaginario español que con tanto esmero había estado cultivado durante periodos republicanos.
Gracias a mis clientes influyentes y pudientes, miembros de la casta todopoderosa de este país, que habían estado en ocasiones muy relacionado con el dictador Franco, pudo enamorarme del arte. Cualquier manifestación artística era acogida con gozo por mi humilde persona.
Un artista al que admiro tanto como activista transgresor en esa etapa convulsa de la España de la transición, como por sus arte de vírgenes y pinturas, es Ocaña. Pobrecillo, todavía estamos a la espera de que se haga justicia y le sea conferido a la categoría de artista. Museos como el MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), deberían hacer mucho más de lo que hace por impulsar su memoria al mundo del arte consagrado.
A continuación, señalo un performance de lo más transgresor de este artista en las Ramblas. Arte, transformismo, transgresión y reivindicación se unen para dejarnos una escena exquisita.